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viernes, 7 de septiembre de 2012

Algas marinas como fertilizantes en la agricultura

No es una técnica precisamente novedosa, puesto que hay datos históricos que fechan su uso en Europa desde el siglo IV y en Oriente desde tiempos inmemoriales, pero las algas marinas comienzan a abrirse camino como fertilizantes naturales en la agricultura. La adecuación de este tipo de nutrientes a los nuevos sistemas de producción más respetuosos con el medio ambiente que se están popularizando en todo el mundo, convierten a las algas en una alternativa a los productos químicos.

Diversos estudios han demostrado que las algas marinas producen un efecto bioestimulante y fertilizante sobre los cultivos. Este tipo de proyectos han puesto sobre la mesa cómo las moléculas biológicas actúan potenciando determinadas expresiones metabólicas y fisiológicas en los vegetales, lo que permite mejorar el crecimiento de las plantas, adelantar la germinación de las semillas, retrasar la senescencia, reducir la presencia de nemátodos e incrementar la resistencia a enfermedades fúngicas y bacterianas. Además, hay productos basados en extractos de algas marinas que ayudan a mejorar el crecimiento de las raíces, a incrementar la cosecha de frutos y semillas o a incrementar el grado de maduración de los frutos.

El uso de algas en los cultivos ha supuesto en algunas explotaciones una verdadera revolución, sobre todo por la resistencia a determinadas plagas que presentan variedades vegetales que han sigo tratadas con extracto de alga. Sin embargo, no todas las algas son iguales y no todos los productos son adecuados para las necesidades que se presentan.

Buscando el compuesto ideal

Mucho de eso saben en los viñedos de las bodegas gallegas Martín Códax, donde desde comienzo del verano se está realizando un estudio para averiguar qué materia orgánica realizada a partir de algas y otros productos del mar sería la mejor para el tipo de cultivo de sus fincas. Los elementos de ese compost natural proceden directamente de las playas de Vilanova (Pontevedra), y permitirán prescindir del uso de elementos químicos.

El proyecto ha nacido por propia iniciativa de la empresa vitivinílloca, como parte de un plan de mejora a la sostenibilidad de la bodega. La idea surge tras observar cómo los nutrientes procedentes de algas y productos del mar estaban siendo introducidos por las grandes marcas de fertilizantes en sus abonos y cómo estos actuaban como activadores directos de la fertilidad de los suelos.

En SEIPASA contamos con productos como Ebromax y Amin 24, fabricados a partir de extractos de algas. Ambos suponen un complemento a la nutrición vegetal, aportando un efecto regenerativo y bioestimulante específico para determinadas condiciones de cultivo. En su producción se emplean materias primas de alta calidad y perfectamente trazables.

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