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miércoles, 30 de mayo de 2012

¿Qué beneficios ambientales produce la agricultura orgánica?

 SEIPASA

Os presentamos las principales ventajas de la agricultura orgánica en el cuidado del medioambiente, según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura).

Sostenibilidad a largo plazo. Muchos de los cambios que se han observado en el medio ambiente son de largo plazo y lentos. La agricultura orgánica toma en cuenta los efectos a mediano y a largo plazo de las intervenciones agrícolas en el agroecosistema. Se propone producir alimentos a la vez que se establece un equilibrio ecológico para proteger la fertilidad del suelo o evitar problemas de plagas. La agricultura orgánica asume un planteamiento activo en vez de afrontar los problemas conforme se presenten. 

Suelos. En la agricultura orgánica son fundamentales las prácticas de enriquecimiento de los suelos, como la rotación de cultivos, los cultivos mixtos, las asociaciones simbióticas, los cultivos de cubierta, los fertilizantes orgánicos y la labranza mínima, que benefician a la fauna y la flora del suelo, mejoran la formación de éste y su estructura, propiciando sistemas más estables. A su vez, se incrementa la circulación de los nutrientes y la energía, y mejora la capacidad de retención de nutrientes y agua del suelo, que compensa que se prescinda de fertilizantes minerales. 

Estas técnicas de gestión también son importantes para combatir la erosión, se reduce el lapso de tiempo en que el suelo queda expuesto a ésta, se incrementa la biodiversidad del suelo y disminuyen las pérdidas de nutrientes, lo que ayuda a mantener y mejorar la productividad del suelo. La emisión de nutrientes de los cultivos suele compensarse con los recursos renovables de origen agrícola, aunque a veces es necesario añadir a los suelos potasio, fosfato, calcio, magnesio y oligoelementos de procedencia externa. 

Agua. En muchas zonas agrícolas es un gran problema la contaminación de las corrientes de agua subterráneas con fertilizantes y plaguicidas sintéticos. Como está prohibido utilizar estas sustancias en la agricultura orgánica, se sustituyen con fertilizantes orgánicos (por ejemplo: compostas, estiércol animal, abono verde) y mediante el empleo de una mayor biodiversidad (respecto a las especies cultivadas y a la vegetación permanente), que mejoran la estructura del suelo y la filtración del agua. 

Los sistemas orgánicos bien gestionados, con mejores capacidades para retener los nutrientes, reducen mucho el peligro de contaminación del agua subterránea. En algunas zonas donde la contaminación es un gran problema, se alienta la adopción de la agricultura orgánica como medida de restablecimiento del medio ambiente (por ejemplo, por los gobiernos de Francia y Alemania). 

Aire. La agricultura orgánica reduce la utilización de energía no renovable al disminuir la necesidad de sustancias agroquímicas (cuya producción requiere una gran cantidad de combustibles fósiles). La agricultura orgánica contribuye a mitigar el efecto de invernadero y el calentamiento del planeta mediante su capacidad de retener el carbono en el suelo. Muchas prácticas de gestión utilizadas por la agricultura orgánica (como la labranza mínima, la devolución de los residuos de las cosechas al suelo, la utilización de cubiertas vegetales y las rotaciones, así como la mayor integración de leguminosas que contribuyen a la fijación del nitrógeno), incrementan la devolución de carbono al suelo, lo que eleva la productividad y favorece el almacenamiento de carbono. 

Biodiversidad. Los agricultores orgánicos son guardianes de la biodiversidad a la vez que la utilizan, en todos los niveles. En el plano de los genes, prefieren las semillas y las variedades tradicionales y adaptadas, por su mayor resistencia a las enfermedades y a las presiones del clima. 

En el plano de las especies, diversas combinaciones de plantas y animales optimizan los ciclos de los nutrientes y la energía para la producción agrícola. 

En cuanto al ecosistema, mantener zonas naturales dentro y alrededor de los campos de cultivo, así como que no se utilicen insumos químicos, propician un hábitat adecuado para la flora y la fauna silvestres. La utilización frecuente de especies subutilizadas (a menudo como cultivos de rotación para restablecer la fertilidad del suelo) reduce la erosión de la agrobiodiversidad y crea una reserva de genes más sana, que es la base de la futura adaptación. Al proporcionarse estructuras que ofrecen alimento y abrigo, y al no utilizarse plaguicidas, se propicia la llegada de especies nuevas (de tipo permanente o migratorio) o que otras anteriores vuelvan a colonizar la zona orgánica, especies de flora y de fauna -como algunas aves- y organismos benéficos para el sistema orgánico, como polinizadores y depredadores de las plagas. 

Organismos modificados genéticamente. La utilización de OMG en los sistemas orgánicos no se permite en etapa alguna de la producción, elaboración o manipulación de alimentos orgánicos. Como no se conocen cabalmente las posibles repercusiones de los OMG en el medio ambiente y en la salud, la agricultura orgánica está adoptando una perspectiva de precaución y prefiere fomentar la biodiversidad natural. 

La etiqueta orgánica, por lo tanto, asegura que no se hayan utilizado OMG intencionalmente en la producción y elaboración de los productos orgánicos. Esto no lo pueden garantizar los productos ordinarios ya que en la mayor parte de los países todavía no se exige mencionar en las etiquetas la presencia de OMG en los productos alimentarios. Sin embargo, como cada vez se utilizan más OMG en la agricultura común y corriente, y debido al método de transmisión de los OMG en el medio ambiente (por ejemplo, a través del polen), la agricultura orgánica no podrá asegurar que los productos orgánicos carezcan por completo de OMG en el futuro. En la publicación de la FAO Los organismos modificados genéticamente, los consumidores, la inocuidad de los alimentos y el medio ambiente se presenta un análisis detallado de los OMG. 

Servicios ecológicos. Las repercusiones de la agricultura orgánica en los recursos naturales favorecen una interacción con el agroecosistema vital para la producción agrícola y para la conservación de la naturaleza. 

Los servicios ecológicos que se obtienen son: formación, acondicionamiento y estabilización del suelo, reutilización de los desechos, retención de carbono, circulación de los nutrientes, depredación, polinización y suministro de hábitat. Al preferir productos orgánicos el consumidor promueve, con su poder de compra, un sistema agrícola menos contaminante. Disminuyen los costos ocultos de la agricultura para el medio ambiente, desde el punto de vista de la degradación de los recursos. Una reciente publicación de Jules Pretty, The Real Costs of Modern Farming analiza con mayor detalle muchas de estas cuestiones.


viernes, 18 de mayo de 2012

La difícil situación de la agricultura española en relación a las exigencias de los grandes supermercados del Norte de Europa


SEIPASA
Presentamos un interesante artículo del diario británico The Guardian que expone la difícil situación de la agricultura en España (concretamente de las cooperativas agrícolas de la zona de Levante) en relación con las nuevas exigencias de los retailers del Norte de Europa y la competencia en la producción de terceros países con mano de obra mucho más barata y escasas exigencias medioambientales.

El artículo recoge la visión de las cooperativas agrarias, como columna vertebral del sector agrario en España. Desde la Cooperativa Agrícola Española aseguran que la presión de los supermercados del norte de Europa hacia los agricultores minoristas españoles, para suministrar producto durante todo el año, reducir costes y cumplir mayores exigencias medioambientales es cada vez más estrecha.

Por el contrario, el reportaje también muestra como grandes empresas privadas agrícolas, como el caso de Martín Navarro en Valencia, están adquiriendo un mayor volumen de mercado y un mejor posicionamiento en el mercado que las cooperativas al haberse adaptado mejor para cumplir las citadas exigencias (disponen de plantaciones en distintas zonas de España) y han invertido mucho en las últimas variedades y técnicas de riego para mantenerse al día con las normas ambientales y las demandas.

martes, 8 de mayo de 2012

La cadena de supermercados inglesa Marks & Spencer apuesta por la venta de vegetales y frutas Residuo Cero

SEIPASA

Desde una de las cadena de supermercados más importante de Inglaterra, Marks & Spencer, han informado que entre sus próximos objetivos está ofrecer a sus clientes frutas y verduras libres de pesticidas.

El anuncio lo ha efectuado el Responsable de Fresh Produce Technologist de Marks & Spencer, Hugh Mowat, quién ha señalado que están estudiando el modo de convertirse en un retailer libre de residuos. “Cada cierto tiempo los periódicos publican una historia sobre pesticidas y muestran la gran cantidad de residuos y eso nos hace vulnerables”.

En la misma línea M&S -y dentro de su apuesta por avanzar hacia una agricultura sostenible- ha puesto en marcha un programa de desarrollo denominado “Agricultura para el futuro”. El objetivo es ayudar a los productores locales a desarrollar nuevas técnicas de cultivo, más respetuosas con el medio ambiente. (Consultar web).

Supermercados europeos

Los supermercados del norte de Europa, impulsados por la presión de organizaciones de defensa de los Consumidores, están apostando cada vez más por ofrecer en sus grandes superficies frutas y hortalizas libres de residuos químicos.

Uno de los países con mayores exigencias en este ámbito es Alemania, donde existe una verdadera preocupación por la salud y por los productos saludables como las frutas y hortalizas. Por otro lado, Greenpeace evalúa los supermercados alemanes en materia de seguridad alimentaria anualmente y publica los resultados para que el consumidor pueda elegir sus preferencias.

En este sentido no hay que olvidar que España es en la actualidad  el principal proveedor de Alemania de Frutas y Hortalizas con una cuota de aproximada el 30%. De hecho la cadena de alimentación Aldi es, a día de hoy, la más estricta de Europa en materia de fruta libre de residuos.



viernes, 4 de mayo de 2012

Una periodista francesa nos desvela en un libro el veneno químico que "comemos"

 SEIPASA

Hoy queremos compartir en nuestro Blog un libro que nos ha parecido muy interesante. Se llama "Nuestro veneno cotidiano”, y está escrito por la periodista francesa especializada en agroalimentación Marie-Monique Robin, que acaba de publicar en España. 

Pinchar aquí para visualizar un documental sobre el tema:

 

El nuevo libro de esta investigadora analiza con detalle las moléculas químicas a las que estamos expuestos en nuestro entorno y en nuestra alimentación. Las analiza, según explica en una entrevista a Efe, partiendo de "lo más simple y de lo menos discutible", como las "intoxicaciones agudas y después crónicas de los agricultores expuestos directamente a los pesticidas" hasta llegar a lo más complejo: los efectos a dosis pequeñas de los residuos de productos químicos que "todos tenemos en el cuerpo".

Dos años de investigaciones por Asia, Norteamérica y Europa, testimonios de expertos, multitud de informes de miembros de agencias de regulación alimentaria y estudios científicos avalan este nuevo trabajo, en el que la periodista sostiene que miles de moléculas químicas han invadido nuestra alimentación desde la Segunda Guerra Mundial y que "solo un diez por ciento de ellas ha sido estudiadas seriamente".

"Esta invasión química está vinculada al desarrollo de la sociedad de consumo, que ha provocado la salida al mercado de miles de productos de consumo corriente cuya fabricación o transformación se basa en unos procesos químicos cuya toxicidad está muy mal evaluada", según la periodista.